Inicialmente quiero plantear tres premisas que pueden parecer obvias, pero no está por demás tenerlas presentes, pues suelen ser olvidadas: a) Las tecnologías para informar y comunicar, elemento s inh erente al ser humano, siempre han existido y han evolucionado junto con la humanidad con su función trátese de las Cuevas de Altamira o de Internet; b) Si bien las técnicas e instrumentos para informar y comunicar se han renovado históricamente, lo realmente innovador no radica en los materiales, sino en su trascendencia en los nuevos modos de informar y comunicar y c) En l as llama das nuevas tecnologías de la información y la comunicación tenemos un potencial cuantitativo que se manifiesta en su cobertura, rapidez y penetración social, sin embargo, su potencial innovador se manifiesta en las cualidades de las situaciones que propician, como la convergencia de los medios, la reusabilidad de sus productos, la conectividad permanente y la interactividad de sus procesos, que transforman nuestros modos de conocer, así como de organizar, compartir y aplicar el conocimiento.
Nuevos modos de conocer que tienen en las redes de conocimiento una estrategia privilegiada, especialmente para el trabajo colaborativo, e n respuesta a tres preguntas fundamentales: ¿Qué puedo aportar a los demás? ¿Qué necesito de los demás? y ¿Qué necesitamos todos y debemos trabajar juntos? De donde se deduce que todos los miembros de una red nos convertimos en sus proveedores y beneficiarios, a la vez que propiciadores de la movilidad del conocimiento, y que ésta se realice con fluidez, dinamismo, oportunidad y pertinencia.
Las modalidades de las redes de conocimiento pueden ser tan diversas como lo sean los miembros que las integran, sus condiciones y sus propósitos educativos. Ejemplos abundan en el mundo y en nuestra región, con acciones como:
- Organización de comunidades académicas: Que se integra n por estudiantes, investigadores, profesores o administradores educativos, para la construcción colectiva de conocimientos y su consecuente socialización.
- Compartir directorios: Tanto de personal académico como de expertos en los procesos de gestión del conocimiento y procesos de aprendizaje.
- Redes de bibliotecas digitales: Para que el flujo de información sea más dinámico y oportuno, a la vez que mejor compartido.
- Desarrollo de investigaciones conjuntas y compartidas: Bien sea a nivel institucion al o personal.
- Creación y uso compartido de acervos: Pueden ser programas académicos, objetos de aprendizaje, bases de datos o materiales educativos diversos.
- Colaboración en plataformas tecnológicas: Para la creación y gestión conjunta del conocimiento, con criterios y estándares compartidos.
Las posibilidades que se vislumbran para el trabajo colaborativo con el aprovechamiento de las TIC son realmente atractivas y viables, sin embargo no fáciles si consideramos los desafíos que se habrá que superar, que más allá de lo académico y tecnol ógico que es lo esencial de esta propuesta, están en las políticas educativas, la cultura organizacional y los estilos de de gestión administrativa de nuestras instituciones.?